EDITORIAL /
Es inaceptable el reclamo político que sufrió la gobernadora Delfina Gómez Álvarez, por parte del seudo aspirante morenista, Pablo Peralta García.
Lo que hizo ayer Pablo Peralta, rebasa cualquier límite de protesta, hacia su extinguida candidatura a la presidencia municipal de Huixquilucan.
El día de ayer jueves 18 de abril, Peralta García, interrumpió la tranquilidad de miles de personas en Toluca, y desquició la Avenida Tollocan, en la capital mexiquense.
No sabemos quién le dijo a Pablo Peralta, que podía ser candidato a la alcaldía de Huixquilucan, porque realmente no contaría ni con tres votos de la ciudadanía.
Sin embargo, la protesta del ex secretario de Desarrollo Económico, contra la maestra Delfina, despertó muchas interrogantes, sobre quién lo respaldó para hacer esta grosería.
En el Palacio de Gobierno de Toluca, en las oficinas de Morena, incluso en el PRI mexiquense, se manejaron muchos rumores, respecto a que Peralta, presuntamente habría tenido el aval de su ex jefe político, para hacer su manifestación.
¿Quién era el jefe político de Pablo Peralta? Pues ni más ni menos que el ex gobernador, Alfredo del Mazo Maza.
¿Tuvo el aval Peralta de Del Mazo Maza, para hacerle este desplante a la gobernadora Delfina Gómez? Esto incluso podría calificarse como violencia política de género.
En caso de que Del Mazo, no haya dado el aval a Pablo Peralta; entonces quiere decir que el ex mandatario mexiquense, no controla ni a los suyos.
Veremos cómo termina la grosería que le hizo Peralta García a la gobernadora Delfina.
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