EDITORIAL /
Este martes 1 de octubre, México ha escrito un nuevo capítulo en su historia política, al darle a Claudia Sheinbaum Pardo, el título de primera presidenta de México.
A partir de este día, Claudia Sheinbaum, se comprometió con todos los mexicanos, para llevarlos por el camino del progreso y desarrollo.
Millones de mexicanos, votaron por Sheinbaum Pardo, confiaron y creyeron en ella; y es momento de que la presidenta, cumpla todo lo que prometió.
Sin embargo, queda una gran interrogante entre los mexicanos: ¿seguirá dependiendo Claudia Sheinbaum, de lo que diga y ordene Andrés Manuel López Obrador?
La pregunta es de suma importancia, porque los mexicanos, también votaron por una mujer inteligente y visionaria, y no por alguien que este a expensas de López Obrador.
Es necesario que Sheinbaum, se aparte del discurso inútil de AMLO, quien dividió a todo un país, con mensajes de odio hacia los fifís, conservadores y neoliberales.
La presidenta de México, debe remplazar el discurso de odio, por la inclusión. Ella debe gobernar para fifís, neoliberales, conservadores y chairos. Este país, ofrece cabida para todos.
Claudia Sheinbaum, es la primera presidenta de México, ojalá en seis años todos terminemos aplaudiéndola y admirándola, y no despreciándola como a López Obrador.
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