EDITORIAL /
México, vive uno de sus peores momentos, en cuanto a democracia y libertad se refiere; y Morena, está haciendo todo lo posible, para aplastar los derechos ciudadanos.
El Tribunal Electoral de la Ciudad de México (TECDMX), no solo anuló la elección en la alcaldía Cuauhtémoc; sino que también, puso en riesgo la estabilidad política en todo el país.
El Tribunal dio el clásico “sabadazo”, anunciando la cancelación de la elección en Cuauhtémoc, por violencia política de género, en contra de la morenista Catalina Monreal.
Alessandra Rojo de la Vega, quien derrotó contundentemente a la hija de Ricardo Monreal, ya había anunciado que el Tribunal, cancelaría su triunfo.
Rojo de la Vega, también advirtió que la anulación de su triunfo electoral, se debería a los fuertes vínculos que tiene Ricardo Monreal, con los magistrados del Tribunal CDMX.
Esto simpe y sencillamente, es un robo descarado; es un atentado contra la democracia; es la instauración de la dictadura en la Ciudad de México.
Si las autoridades electorales, realmente quisieran erradicar la violencia política de género; entonces también debieron haber anulado la elección presidencial, considerando que una y otra vez, López Obrador, ejerció violencia política en contra de Xóchitl Gálvez.
Los vecinos de la alcaldía Cuauhtémoc, están enojados, encabronados y decepcionados; y así sean mil veces las que se anulen las elecciones, Morena volverá a perder.
Alessandra Rojo de la Vega, es una política excepcional, con gran inteligencia y visión, y sabrá afrontar este duro momento con plena madurez, y como siempre, resultará vencedora.
Dicen que el magistrado, Armando Ambriz –quien fue parte fundamental de la anulación en la Cuauhtémoc-, es padrino de primera comunión de Caty Monreal. ¿Con qué dignidad pueden ver a sus hijos, estos funcionarios?
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