EDITORIAL /
La imagen de Miguel Ángel Yunes Márquez, alejándose del zafarrancho que armó Adán Augusto López Hernández, es la clara imagen de lo que representan algunos senadores de Morena: bravucones, mediocres, cobardes, nacos, porros.
Yunes Márquez, se tuvo que refugiar con su coordinador parlamentario, y eso habla de lo muy poco que valen los traidores a sus principios, valores y convicciones.
El observar a Adán Augusto, queriendo agredir a Enrique Vargas del Villar, es una de las expresiones más cavernícolas que se hayan visto en la Cámara de Senadores. ¿Pero qué se puede esperar de quien fue Secretario de Gobernación, con López Obrador?
Dentro de las agresiones y groserías de los senadores de Morena, hay que resaltar, aplaudir y elogiar el nivel político de Enrique Vargas, quien jamás levantó la mano ni dijo peladez alguna. Al contrario, buscó el diálogo y el consenso parlamentario.
El vicecoordinador de los senadores del PAN, mostró muchísima altura política, y esa ha sido una característica de su visión e inteligencia. El ex alcalde de Huixquilucan, es ejemplo de civilidad y debate. Solo que los senadores de Morena, no están preparados para esta plática.
Lástima que el presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, sea Gerardo Fernández Noroña, porque si en ese lugar estuviera un político de gran estatura, en la Cámara Alta habría orden, civilidad, debate. Pero está Noroña, lástima.
Reconocimiento a Enrique Vargas del Villar, político de gran nivel.
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