EDITORIAL /
*Consultar #Noroña
El nefasto de Gerardo Fernández Noroña, tuvo un final ridículo como diputado federal de la LXV Legislatura, luego de que llorara al emitir su último mensaje como parte del Congreso.
Es tan patético Fernández Noroña, que ni él mismo se creyó su cuento de que se le salían las lágrimas. El espectáculo que montó, es digno del peor payaso de México.
Noroña, lloró porque era su último día como diputado federal. Pero jamás derramó una lágrima, por los niños enfermos de cáncer, que fueron aplastados por López Obrador.
Noroña, nunca dedicó una lágrima a las madres que buscan a sus hijos; esas mismas mamás, a las que AMLO, ha maltratado hasta el cansancio.
¿Cómo creerle al patán de Noroña, que sus lágrimas son sinceras? Ojalá algún día este infeliz, pague con lágrimas de verdad, todo su desdén por la gente que sufre.
Noroña, es un cobarde y un provocador. Es el estiércol de la política mexicana.
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