La presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Laura Angélica Rojas Hernández, subrayó que en muchos países (incluido México), la violencia subsiste dentro y fuera del parlamento, por lo que “estamos llamadas a desmantelar el andamiaje histórico de exclusión, desigualdad y discriminación”.
Al participar de manera virtual en la 13ª Cumbre de Presidentas de Parlamento, manifestó que las mujeres no pueden tolerar más la normalización de la violencia, que ha escalado y se alimenta de indiferencia e impunidad, y ocurre por la permisividad, justificación y minimización de muchos hombres y mujeres.
Señaló que el 2020 nos desafía a vivir una nueva normalidad donde el liderazgo político de las parlamentarias en la toma de decisiones es un componente sustancial del nuevo siglo.
Consideró que en todo el mundo la pandemia ha provocado una grave crisis sanitaria, económica y social de proporciones nunca vistas, y durante los últimos meses la atención se ha centrado en los devastadores efectos del virus en la vida de millones de personas.
“Las múltiples violencias hacia las mujeres en los espacios familiares, escolares, laborales, comunitarios y públicos son una lacerante que debe afrontarse con determinación, porque nuestro derecho de vivir libres de violencia tiene que ser una realidad más que una aspiración.
“El año pasado, un diputado agredió de manera verbal a una de sus compañeras; a mí misma, hace unas semanas, un diputado pedía que fuera sancionada por tomar una decisión que no fue de su agrado, pese a que fue en uso de mis facultades”, resaltó.
Rojas Hernández, afirmó que la actual Legislatura, ha asumido su responsabilidad y compromiso de acelerar el paso de la agenda de derechos humanos de las mujeres y niñas, que además atiende lo dispuesto por instrumentos internacionales como la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, de las Naciones Unidas.
Destacó que de manera reciente se aprobaron las siguientes reformas:
• Asegurar que las mujeres tengan acceso a la mitad de los cargos de toma de decisiones en el sector público.
• Incluir como nuevos tipos de violencia la digital y la obstétrica, y ampliar las penas para el delito de violencia familiar.
Además, se logró materializar una reforma en materia de violencia política en razón de género, con el fin de eliminar los obstáculos de las mujeres en su camino hacia espacios de toma de decisiones, y que una vez en su encargo puedan ejercerlo con libertad y sin presiones.
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