EDITORIAL /
La garra que habían mostrado los Pumas de la UNAM, en sus últimos partidos, quedó totalmente desbaratada en la final de la Concachampions contra el Seattle Sunders.
El equipo estadounidense, les dio una clase de buen fútbol a los universitarios; pero tal vez la lección que más le dolió a los Pumas, fue el haberlos exhibido como unos mediocres.
¿Cuántos años llevan sin ganar un campeonato, los auriazules? El equipo solo vive de la fama: “qué bonito juegan” “cuánta garra” “tienen la mejor afición”.
Con eso se ha conformado el equipo de fútbol de la UNAM.
Es momento de hacer una reingeniería total en los Pumas; hay jugadores que deben salir inmediatamente, son demasiado bajos de nivel para la institución.
El técnico Andrés Lillini, es un entrenador del montón; no tiene visión ni inteligencia. Solo la diosa fortuna ha permitido que los Pumas sigan vivos en la Liga MX.
Los Pumas han logrado algo que tenía años no se lograba: han dejado en ridículo al fútbol mexicano. Esta es la primera vez que un equipo no mexicano, estará en el Mundial de Clubes.
Este patético episodio, lo tenemos que olvidar rápidamente.
Si los Pumas no saben ganar, pues mejor que lo digan.
Para hacer el ridículo, mejor ni competir.
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