EDITORIAL /
Claudia Sheinbaum Pardo, ha recibido uno de los golpes más duros, en sus primeros días como presidenta de México. El abominable asesinato del alcalde de Chilpancingo, Guerrero, Alejandro Arcos Catalán, ha descubierto la crisis de ingobernabilidad, que se vive en México.
Alejandro Arcos, fue decapitado y sus restos fueron expuestos a plena luz del día. Los grupos criminales, enviaron un mensaje avasallador: nadie puede con ellos, ellos mismos son los que gobiernan en Guerrero, ellos mismos deciden quién vive y quién muere en esa zona.
La gobernadora Evelyn Salgado, solo está para firmar papeles en su oficina, porque desde que llegó a la gubernatura de Guerrero; el estado de hunde en violencia, inseguridad, muertes, secuestros, desapariciones.
¿Qué hará Claudia Sheinbaum, ante el desastre político, social y económico que viven millones de habitantes en Guerrero? Al menos López Obrador, le echó la culpa de todo a Felipe Calderón. ¿La presidenta de México, tendrá el valor de echarle la culpa a AMLO?
La misma Sheinbaum, sabe perfectamente que Andrés Manuel López Obrador, le dejó un país destruido, lleno de grupos criminales, repleto de violencia e inseguridad. Ahora Claudia Sheinbaum, tendrá que agarrar al toro por los cuernos.
Es momento de que la presidenta de México, saque su casta y personalidad, y le ponga un alto a Félix Salgado Macedonio. En Guerrero, no hay un solo policía que quiera enfrentarse a los delincuentes, sino lo contrario, se unen a los narcotraficantes para no ser asesinados.
¿Entonces presidenta de México, le pones un alto a Evelyn Salgado y a Félix Salgado Macedonio, antes de que ellos te pongan un alto a ti?
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