EDITORIAL /
Claudia Sheinbaum, se metió en un problema a nivel mundial, por haberse atrevido invitar a Vladimir Putin, a su toma de protesta como presidenta de México.
¿Por qué Juan Ramón de la Fuente, no alertó a la presidenta electa, de los riesgos de invitar a un personaje buscado por la Corte Penal Internacional (CPI?
Juan Ramón, será el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores con Sheinbaum, y fue embajador de México ante la ONU. Es decir, no es un novato.
Ante la invitación de Claudia Sheinbaum a Vladimir Putin, la Embajada de Ucrania en México, le respondió a la presidenta electa.
Palabras más palabras menos, Ucrania, indicó que si Vladimir Putin, pisa suelo mexicano; las autoridades tendrán que arrestarlo, por ser un criminal de guerra.
Después de que las autoridades mexicanas, hayan arrestado al presidente de Rusia, tendrían que entregarlo a las autoridades de la ONU en La Haya.
Así de fácil.
En marzo de 2023, la Corte Penal Internacional, afirmó que Putin es presunto responsable del crimen de guerra, de deportación ilegal y del traslado ilegal de población, desde las zonas ocupadas de Ucrania hacia la Federación Rusa.
Lo que hizo Putin contra mujeres, niños y ancianos, es tan abominable y deplorable, que todavía cuesta trabajo entender cómo Claudia Sheinbaum, se atrevió a invitar a un asesino inmisericorde, que no tuvo compasión de miles de inocentes.
¿Tendrá la capacidad Sheinbaum de pedir disculpas a Ucrania?
Eso es lo mínimo que tendría que hacer la presidenta electa de México.
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